Cadaval & Solà-Morales

Lounge . Tepoztlan


Cadaval & Solà-Morales . photos: © Sandra Pereznieto . + Plataforma Arquitectura

Situado entre grandes montañas rocosas a unos 50 km al sur de la Ciudad de México, Tepoztlan es un lugar de leyendas y fuertes raíces culturales.





















Sus ruinas pre-hispánicas, un preservado centro histórico y un entorno natural exuberante, han convertido a este mágico paraje en refugio de artistas e intelectuales que huyen de forma temporal o permanente de la vorágine de la gran metrópoli Mexicana. Localizado en este contexto privilegiado, el Lounge Tepoztlan es en realidad el primer edificio terminando de un proyecto más ambicioso que incluye una serie de bungalós de tamaños y diseños distintos y para los cuales el lounge será el principal espacio comunitario, un catalizador de actividades en la naturaleza. El proyecto es una negociación entre interior y exterior, la construcción de un espacio intersticial habitable, que se convierte en el espacio central del proyecto. Los limites entre el espacio abierto y el contenido desaparecen para producir una sola entidad espacial. Lo importante no es el objeto arquitectónico, ni siquiera sus límites, lo realmente trascendente es la experiencia espacial; y para construirla se utilizan no solo materiales inherentes a la disciplina arquitectónica (muros, losas, columnas, etc.) sino también elementos más suaves y cambiantes a los que se les da igual o más valor para construir dicha experiencia espacial: plantas, arboles, flores, vegetación; todos ellos generando una paleta diversa y estacional, para construir una experiencia mixta que varia con el paso del tiempo y cambia a lo largo del año.
Y es a través de la definición de este espacio central, a través de la definición de su forma, que los patios contiguos toman su verdadero valor. Estos son tan esenciales al proyecto como la edificación en sí misma, y permiten la construcción de una sola experiencia total. De la misma manera que los habitáculos dan continuidad al espacio central en lo referente a uso y espacio, los espacios abiertos adyacentes lo cualifican y le proporcionan diversidad, dando idiosincrasia al espacio abierto. El diseño de la piscina es parte de esta misma estrategia, y responde a la voluntad de caracterizar uno de los espacios laterales; su formalización necesariamente responde a la estructura del Lounge, incorporando en su forma la posibilidad de múltiples usos del agua y de su disfrute.
El edificio se construye como un zócalo para subrayar las vistas de las montañas. La intervención quiere ser extremadamente respetuosa con el contexto existente y entiende que la vegetación y la vida al aire libre son los protagonistas reales del proyecto; dos árboles impresionantes que existen en el lugar son incorporados en el espacio como si fueran partes del programa mismo. El Lounge está construido en hormigón blanco no solo por ser en el contexto local de bajo coste, bajo mantenimiento, y alta demanda de mano de obra, sino también y sobre todo, porque permite al edificio exponer su simplicidad estructural y su neutralidad frente a una naturaleza desbordante.


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