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NURSERY SCHOOL . BERRIOZAR



Javier Larraz . Iñigo Beguiristain . Iñaki Bergera . photos: © Iñaki Bergera . + archdaily

According to Louis I. Kahn the first school began under a tree, when a man who knew he was a teacher began to discuss what he had learned with others who did not know they were students. Like those students, children under 3 years old learn intuitively and unconsciously.





























Drawing a parallel with the story of Kahn, one might wonder about the role that tree, that is, architecture, plays in the practice of teaching. We strongly believe in the pedagogical value of architecture and, in the case of a nursery school, its actual capacity to create opportunities that help children to develop suggestive, attractive and safely this stage of their life. The nursery school in Berriozar is established according to a model inherited from the Italian municipal schools of Reggio Emilia, where childcare facilities are primarily organized around a main 'square' that serves as interaction and meeting point and as a space meant for the common activities of the school. Given the distinctive longitudinal proportion of the plot, the square had to be placed in a central position along with two separate courtyards at the ends. Thus, the classrooms and facilities moved into an intermediate position, directly connected to both the central square –illuminated and understood as an outer space– and the playgrounds, treated as an extension of the physical and visual interior spaces. This plant layout forces to act on the deck in order to naturally illuminate and ventilate all rooms. The powerful geometry of these skylights, that arise depending on the activity that takes place on the ground, becomes one of the hallmarks of the project. The construction is arranged from a modulated structure of reinforced concrete that qualifies and defines both the inner space and the way in which light falls on it. A colorful lattice wraps the building and its playgrounds, clarifying and enriching the relationship between the street and the interior spaces. Given this external chromatic display linked to childlike and playful character of the building, the interior offers a serene and neutral atmosphere thanks to the generous overhead homogeneous and natural lighting. The dual scale and play are, finally, the two fundamental tools used to define the interior space and the equipment. The inescapable playful condition of the spaces complements with the dimensional control in relation to the different sizes of children and caregivers and the different objectives pursued: for kids, premises adapted to the activities an the size of the groups and, for caregivers, high permeability and transparency to facilitate visual control of children.

Location / Localización
Calle Errota, Berriozar, Navarra, Spain

Architects / Arquitectos
Javier Larraz, Iñigo Beguiristain and Iñaki Bergera
Collaborator / Colaborador
Juan Miguel García

Technical Architects / Arquitectos Técnicos
Atec Aparejadores
Engineering / Ingeniería
Naven Ingeniería de Instalaciones
Structure / Estructura
FS Estructuras
Project date / Fecha de proyecto
October 2009
Construction date / Fecha de obra
June 2011 – May 2012
Developer / Promotor
Berriozar Municipality / Ayuntamiento de Berriozar
Bugget / Presupuesto
1.308.055,34 €
Cost per m2 / Coste por m2
1.023 €/m2
Project Area / Superficies
1278.01 sqm (construction) + 602 sqm (urbanization)
Main contractor  / Contratista
H.N.V. Harinsa Navasfalt, S.A.

Photography / Fotografía
Iñaki Bergera
Javier Larraz
Iñigo Beguiristain

Para Louis I. Kahn la primera escuela comenzó bajo un árbol, cuando un hombre que no sabía que era un maestro se puso a discutir de lo que había aprendido con otros que no sabían que eran estudiantes. Al igual que aquellos alumnos, los niños menores de 3 años aprenden de forma intuitiva e inconsciente. Estableciendo un paralelismo con la historia de Kahn, podríamos preguntarnos sobre el papel que juega ese árbol, es decir, la arquitectura, en el ejercicio de la enseñanza. Defendemos firmemente el valor pedagógico de la arquitectura y, en el caso concreto de una escuela infantil, su capacidad real para generar espacios que ayuden a los niños a desarrollar de manera sugerente, atractiva y segura esta etapa de su vida. La escuela infantil de Berriozar se desarrolla según un modelo heredado de las escuelas municipales italianas de Reggio Emilia, en el que las estancias infantiles se articulan principalmente en torno a una ‘plaza’ central que sirve como lugar de encuentro e interacción y como espacio para el desarrollo de las actividades comunes de la escuela. Teniendo en cuenta la proporción marcadamente longitudinal de la parcela, hubo que situar la plaza en una posición central y disponer de sendos patios en los extremos. De este modo, las aulas y sus dependencias anexas pasan a ocupar una posición intermedia, directamente conectadas tanto con la plaza central –iluminada y entendida como un espacio exterior– como con los patios de juegos, tratados como una prolongación física y visual de los espacios interiores. Esta distribución de la planta obligaba a intervenir en la cubierta para iluminar y ventilar naturalmente todas las estancias. La potente geometría de estos lucernarios, que surgen en función de la actividad que se desarrolla en planta, se convierte en una de las señas de identidad del proyecto. La construcción se organiza a partir de una modulada estructura de hormigón armado que cualifica y define tanto el espacio interior como la forma en la que la luz incide en el mismo. Una celosía de color envuelve exteriormente el edificio y los patios de juego, matizando y enriqueciendo la relación entre la calle y los espacios interiores. Frente a este despliegue cromático exterior vinculado al carácter infantil y lúdico del edificio, el interior ofrece una atmósfera serena y neutra gracias a la homogénea y generosa iluminación cenital natural. La doble escala y el juego son, finalmente, las dos herramientas fundamentales empleadas para definir el espacio interior y su equipamiento. La ineludible condición lúdica de los espacios se complementa con su control dimensional en relación al distinto tamaño de niños y cuidadores y a los diferentes objetivos que se persiguen: para los niños, recintos proporcionados a las actividades y la dimensión de los grupos y, para los cuidadores, máxima permeabilidad y transparencia que faciliten el control visual de los pequeños.
ESCUELA INFANTIL MUNICIPAL DE BERRIOZAR




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