22.7.15

Aitor Frías

Vivir en una Cometa . ARQUIA 2015


Aitor Frías

“Leer bajo un árbol plantado en el cielo. Vivir en una cometa, surcando las nubes a la sombra de un naranjo que ha crecido en ella. Una hermosa cometa blanca anclada a mi ventana, a la que solo pudieran subir aquellas personas que yo invitara. Así sería mi espacio soñado.















Si yo pudiera, en efecto, construir este sueño, si tuviera la oportunidad de crearlo tal cual surgiera de mi imaginación, este sería un sencillo plano que, al ser elevado hacia las alturas, me llevara consigo hasta alcanzar la simplicidad abstracta de un horizonte limpio. Sería blanco, perfectamente horizontal, de manera que un vértigo delicioso subiera por el pecho cuando te acercaras al borde para observar el mundo. Un plano suspendido en el aire como una de esas alfombras mágicas que habitan los cielos de "Las Mil y Una Noches", donde -de alguna manera- creciera un frondoso naranjo bajo el cual pudiera sentarme a leer tranquilamente, embriagado por el aroma del azahar y la música de Mahler o Tchaikovsky, que provendría de alguna parte indefinida, casi transportada por la brisa.”
La Fábrica de Azúcar de San Isidro es un conjunto industrial situado a las afueras de Granada, formado por una acumulación de edificios destinados a la producción de azúcar y alcohol construidos a principios de siglo XX. Al igual que muchas otras fábricas de azúcar abandonadas a lo largo de la geografía española, y pese a su alto valor patrimonial y su enorme interés arquitectónico, la mayor parte del conjunto ha estado sumida en el más completo abandono desde el cierre de la fábrica.
Sin embargo, hay algo que la diferencia de las demás y que la dota de un especial interés para nuestro proyecto: la Torre mas relevante del complejo, la Torre de la Alcoholera, fue ocupada hace más de veinte años por un arquitecto interesado en esta clase de espacios en transición, donde decidió instalar su estudio de Arquitectura, un espacio dedicado a la creación artística.
Esta “Torre del Arquitecto”, junto a la cual se eleva con una altura similar la chimenea de la Alcoholera, supone un punto de partida inmejorable para nuestra “Torre para volar”. Un punto de anclaje idóneo para nuestra cometa.

ESTRUCTURA INTERIOR METÁLICA. ARQUITECTURA DE PLATAFORMAS CONECTADAS
Los contuntentes volúmenes que conforman la Fabrica de San Isidro se alzan sobre gruesos muros de carga de ladrillo rojo. Sin embargo, en su interior ocultan un paisaje sorprendente, repleto de estructuras metálicas donde una sucesión de plataformas se conectan unas a otras mediante pasarelas y escaleras de servicio.
La lógica funcional que las ideó hace un siglo y los posteriores vacíos que produjeron algunos derrumbamientos provocados por el estado de ruina han generado una arquitectura que hoy resulta asombrosamente dinámica y flexible, colmada de lugares de gran riqueza espacial.
VIVIR EN UNA COMETA
Este proyecto encuentra su lenguaje arquitectónico en ese paisaje preexistente de plataformas que se sostienen sobre estructuras metálicas y se conectan entre sí para establecer un nuevo proceso en la ocupación de la Torre. Esa Arquitectura metálica y libre del interior se proyecta hacia el exterior, colonizando la alta Chimenea adyacente, sobre la que se sitúa una plataforma blanca y en cuya cúspide se planta un naranjo.
Obviamente, el interior de la Chimenea se refuerza con una estructura metálica que trabaja solidariamente con la estructura de muros de carga y en la que se albergan las instalaciones necesarias para el riego del árbol y el suministro de energía que precisa la plataforma (iluminación, música, enchufes, etc).
Por último, en el propio forjado existen huecos practicables en los que se pueda guardar pequeños elementos

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