Luis Arredondo

escuela de danza . Ciutadella

Luis Arredondo

La parcela asignada al nuevo centro de música y danza de Ciutadella es un punto de gran potencial urbano, ya que su obertura hacia la Plaza de la Pau añadiría este espacio a la red de verdes públicos que por medio de concatenaciones de zonas urbanas cualificadas mejora la calidad del casco urbano.

La necesidad del paso peatonal es el primer punto determinante del proyecto, ya que cedemos toda la planta baja para favorecer la continuidad entre espacios, aportando a la red un nuevo espacio con zonas de sombra y un pequeño auditorio al aire libre.
Aprovechando el cambio topográfico el edificio, por medio de una espiral continua se organiza en medias plantas.
A partir de una malla funcional ortogonal adaptada a la parcela, que ocupa todo el frente de la Plaza de la Pau , alineándose a la medianera norte y se separa en la medianera sur, se logra un edificio con unas entradas claras que permite la entrada de sol al espacio público y atiende a una relación visual con la Plaza, atendiendo a una relación necesaria.
El sistema funcional del edificio está basado en el encuentro de los usuarios, la flexibilidad funcional y la continuidad espacial. Se organiza a partir de una rampa continua en espiral que conecta todas las partes del programa. Esta espiral salva el desnivel en planta baja, plegándose para generar un graderío cubierto como extensión de la sala de audiciones, abriendo de esta forma el uso del edificio a la calle y transformando el tipo de relaciones que se sitúan en este punto, convirtiendo la plaza pública en parte del edificio. En la parte ascendente de la espiral se sitúa el programa de aulas, que se distribuye en las partes centrales, dejando los extremos a las aulas de mayor dimensión.
Una segunda rampa, superpuesta a la primera, realiza una doble función, por un lado cubre el programa y lo complementa, permitiendo la posibilidad de extender el interior de las aulas a la cubierta; por otro funciona como una nueva plaza de uso interno, multiplicando las posibilidades del centro, que se convierte así en un punto de encuentro de estudiantes y profesores, dentro y fuera de los horarios de clases.
El edificio se multiplica, aportando el doble de espacio público del que consume y proponiendo un esquema flexible de funcionamiento interno.
Todas las aulas cuentan con una doble iluminación, una en fachada, a partir de patios interiores y otra cenital, lo que permite tener diferentes grados de intimidad, además de una ventilación cruzada natural, lo que reducirá el consumo energético del edificio.
Aprovechando la pendiente del 8% de inclinación la cubierta funciona como un gran escenario exterior que se enreda sobre sí mismo, generando un gran abanico de visuales cruzadas.
La imagen del edificio es un reflejo directo del funcionamiento del interior, ofreciéndose como una gran plaza equipada a la ciudad.