Centro de Salud . Cartaya
CHS ARQUITECTOS . fotos: © Fernando Alda . +
La adhesión total al programa y a las exigencias de la pequeña ampliación de un Centro de Salud en funcionamiento, constituye el móvil del proyecto.
Entendimos que la ampliación no debía ser una mera prolongación de lo existente en sus límites temporales de caducidad y desposeído de cualquier interés que justifique una ampliación mimética o contextualizada. Su imagen responde a un periodo de arquitectura pública sin “afectos”. Nos integramos por divergencia, proponer otras formas de usar, de confrontar y entender estas características, como expansión de nuevos registros.
Se coloca con levedad una pieza, sin alterar el entorno, asumiendo y adjudicándonos todos los elementos y formas que encontramos. El edificio encaja dejando intacto su paisaje y evidenciando de igual forma nuestra discrepancia. Se propone el programa requerido en dos plantas, tratando de aproximar todos los usos en su interior, distribuyendo desde un espacio central en cada planta, encajándose como pieza aislada, cerrada sobre sí misma. De apariencia clausurada, hermética; responde a elementales razones que velan prioritariamente por la característica de privacidad del acto médico y al mismo tiempo el imprescindible control de la intensa luminosidad.
Se partía de un presupuesto muy bajo, por lo que las soluciones constructivas debían ser fácilmente ejecutables por una pequeña constructora local y los materiales elegidos, muy económicos, perdurables, de fácil mantenimiento y quizás paradójicos. Esta elección tiene voluntad expresa de no identificarse con los del edificio colindante. Revestimos todo el edificio de piedra caliza de la zona, recorriendo paramentos y huecos que en sus mismos despieces hendidos, dejan el necesario paso de luz. Lamas fijas pétreas, procurando una continuidad hacia el interior, alternadamente recogido e íntimo.
El edificio, es facetado, “poliedro de piedra esculpida” de manera que la luz provoca vibraciones y sombras al incidir en sus planos. Y busca recursos estructurales livianos, mostrándose en su interior con apariencia de planos, que recogen y encierran, logrando, en algún caso, soluciones formales expresivas, creando episodios atractivos, como la bóveda artesonada de hormigón visto que cubre la escalera. La cubierta es prolongación de las fachadas y se proponía que la misma piedra de revestimiento, buscando una unidad en un elemento tan concreto.
Verificar contrastando, entre un exterior terso, continuo en un matiz que envuelve, muy pulido y un interior despejado, conciso en sus funciones, introduciendo leves planos de expresión, sensibles en espacios claros y fluidos. Detrás de la parcela existe un colegio público y el espacio de juegos es colindante con el edificio. Existía la posibilidad de que desde el espacio interior se observara ese mundo infantil de niños jugando como si fuera un monitor sin sonido, lo cual proporciona una nota visual alegre en un espacio habitualmente aséptico.
CHS ARQUITECTOS . fotos: © Fernando Alda . +
La adhesión total al programa y a las exigencias de la pequeña ampliación de un Centro de Salud en funcionamiento, constituye el móvil del proyecto.
Entendimos que la ampliación no debía ser una mera prolongación de lo existente en sus límites temporales de caducidad y desposeído de cualquier interés que justifique una ampliación mimética o contextualizada. Su imagen responde a un periodo de arquitectura pública sin “afectos”. Nos integramos por divergencia, proponer otras formas de usar, de confrontar y entender estas características, como expansión de nuevos registros.
Se coloca con levedad una pieza, sin alterar el entorno, asumiendo y adjudicándonos todos los elementos y formas que encontramos. El edificio encaja dejando intacto su paisaje y evidenciando de igual forma nuestra discrepancia. Se propone el programa requerido en dos plantas, tratando de aproximar todos los usos en su interior, distribuyendo desde un espacio central en cada planta, encajándose como pieza aislada, cerrada sobre sí misma. De apariencia clausurada, hermética; responde a elementales razones que velan prioritariamente por la característica de privacidad del acto médico y al mismo tiempo el imprescindible control de la intensa luminosidad.
Se partía de un presupuesto muy bajo, por lo que las soluciones constructivas debían ser fácilmente ejecutables por una pequeña constructora local y los materiales elegidos, muy económicos, perdurables, de fácil mantenimiento y quizás paradójicos. Esta elección tiene voluntad expresa de no identificarse con los del edificio colindante. Revestimos todo el edificio de piedra caliza de la zona, recorriendo paramentos y huecos que en sus mismos despieces hendidos, dejan el necesario paso de luz. Lamas fijas pétreas, procurando una continuidad hacia el interior, alternadamente recogido e íntimo.
El edificio, es facetado, “poliedro de piedra esculpida” de manera que la luz provoca vibraciones y sombras al incidir en sus planos. Y busca recursos estructurales livianos, mostrándose en su interior con apariencia de planos, que recogen y encierran, logrando, en algún caso, soluciones formales expresivas, creando episodios atractivos, como la bóveda artesonada de hormigón visto que cubre la escalera. La cubierta es prolongación de las fachadas y se proponía que la misma piedra de revestimiento, buscando una unidad en un elemento tan concreto.
Verificar contrastando, entre un exterior terso, continuo en un matiz que envuelve, muy pulido y un interior despejado, conciso en sus funciones, introduciendo leves planos de expresión, sensibles en espacios claros y fluidos. Detrás de la parcela existe un colegio público y el espacio de juegos es colindante con el edificio. Existía la posibilidad de que desde el espacio interior se observara ese mundo infantil de niños jugando como si fuera un monitor sin sonido, lo cual proporciona una nota visual alegre en un espacio habitualmente aséptico.
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