Centro Social Deportivo + Alojamiento . Jánovas
PFC . ETSAUN . Profesor: Carlos Labarta Aizpún
Jánovas, 2013, después de más de medio siglo de conflicto y polémica con el pueblo del Pirineo aragonés, tras expropiaciones y desahucios para la construcción de un pantano de papel que nunca existió, parece que empieza a tramitarse la reversión del pueblo. Y el proyecto que se plantea pretende ayudar a la recuperación de este pueblo en ruinas.
Situado en el fondo de valle del río Ara, cerca de Fiscal y Boltaña, encontramos a este maravilloso pueblo en ruinas en el que el paisaje natural y el urbano se han fundido en uno.
Va a ser fundamental el tratamiento del proyecto con el mayor respeto a la preexistencia, ayudándonos a la memoria del lugar cuya actividad fundamental era el transporte de maderas por el río hasta el Ebro y luego a Tortosa en unas balsas conformadas con los troncos llamadas en Aragón “navatas”.
El programa es el de Centro Social-Deportivo + Alojamiento, esta dualidad coincide con la de las preexistencias físicas, una topografía marcada previa al río y las ruinas. Y también coincide con la dualidad de lo que el proyecto pretende: Contemplar la ruina desde fuera y vivirla desde dentro.
Se configura el centro en el cambio de topografía anterior al río y los alojamiento en las ruinas, a pesar de ser un proyecto muy atomizado, se “ata” la intervención con un pavimento de madera que lleva al río y recuerda las “navatas”.
La preexistencia de lo pesado invita a una actuación ligera, y de una materialidad blanda que no compita con la dureza de los muros de piedra. Y la contención en el cambio de topografía acota el paisaje urbano y define el espacio del pueblo.
La materialización de algo construido en un lugar tan cargado de memoria debe tener un carácter temporal, en este caso se realiza con unos alzados que no son estáticos, sino que cambian con el paso de las estaciones, las variaciones de clima, luz y vegetación. Son ESPEJOS que reflejan la ruina y consiguen que la intervención se desmaterialice y desaparezca dotando de mayor protagonismo a la ruina y formando una sinergia con ella.
En el alzado que no se enfrenta a la ruina se resuelve la contención del cambio de cota, de una manera blanda que no compita con la piedra. De madera como navatas que trepan y conforman el muro, albergando el almacén deportivo del centro.
La geometría del Centro Social responde a las necesidades de reflejos y visuales del paisaje y la ruina.
La distribución de la planta es una respuesta a las pistas que nos da la traza del lugar.
Se responde en el alojamiento con tres tipologías y sus simétricas. Siempre variables en huecos y accesos respondiendo a las necesidades de las ruinas que las rodean.
En el acceso se vacía el vidrio y aparece la madera, más blanda, que invita a entrar.
El interior también de madera recuerda al refugio de montaña pero busca una continuidad espacial para que resalten los huecos que enmarcan la ruina exterior.
PFC . ETSAUN . Profesor: Carlos Labarta Aizpún
Jánovas, 2013, después de más de medio siglo de conflicto y polémica con el pueblo del Pirineo aragonés, tras expropiaciones y desahucios para la construcción de un pantano de papel que nunca existió, parece que empieza a tramitarse la reversión del pueblo. Y el proyecto que se plantea pretende ayudar a la recuperación de este pueblo en ruinas.
Situado en el fondo de valle del río Ara, cerca de Fiscal y Boltaña, encontramos a este maravilloso pueblo en ruinas en el que el paisaje natural y el urbano se han fundido en uno.
Va a ser fundamental el tratamiento del proyecto con el mayor respeto a la preexistencia, ayudándonos a la memoria del lugar cuya actividad fundamental era el transporte de maderas por el río hasta el Ebro y luego a Tortosa en unas balsas conformadas con los troncos llamadas en Aragón “navatas”.
El programa es el de Centro Social-Deportivo + Alojamiento, esta dualidad coincide con la de las preexistencias físicas, una topografía marcada previa al río y las ruinas. Y también coincide con la dualidad de lo que el proyecto pretende: Contemplar la ruina desde fuera y vivirla desde dentro.
Se configura el centro en el cambio de topografía anterior al río y los alojamiento en las ruinas, a pesar de ser un proyecto muy atomizado, se “ata” la intervención con un pavimento de madera que lleva al río y recuerda las “navatas”.
La preexistencia de lo pesado invita a una actuación ligera, y de una materialidad blanda que no compita con la dureza de los muros de piedra. Y la contención en el cambio de topografía acota el paisaje urbano y define el espacio del pueblo.
La materialización de algo construido en un lugar tan cargado de memoria debe tener un carácter temporal, en este caso se realiza con unos alzados que no son estáticos, sino que cambian con el paso de las estaciones, las variaciones de clima, luz y vegetación. Son ESPEJOS que reflejan la ruina y consiguen que la intervención se desmaterialice y desaparezca dotando de mayor protagonismo a la ruina y formando una sinergia con ella.
En el alzado que no se enfrenta a la ruina se resuelve la contención del cambio de cota, de una manera blanda que no compita con la piedra. De madera como navatas que trepan y conforman el muro, albergando el almacén deportivo del centro.
La geometría del Centro Social responde a las necesidades de reflejos y visuales del paisaje y la ruina.
La distribución de la planta es una respuesta a las pistas que nos da la traza del lugar.
Se responde en el alojamiento con tres tipologías y sus simétricas. Siempre variables en huecos y accesos respondiendo a las necesidades de las ruinas que las rodean.
En el acceso se vacía el vidrio y aparece la madera, más blanda, que invita a entrar.
El interior también de madera recuerda al refugio de montaña pero busca una continuidad espacial para que resalten los huecos que enmarcan la ruina exterior.
0 comentarios :
Publicar un comentario