Lucía de Usera del Valle

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Conexión de espacios habitables recuperados . Madrid


El proyecto consiste en un conjunto de intervenciones sobre las edificaciones existentes, que se complementan con una serie de propuestas de organización de los espacios habitables de la manzana, creando una compleja y articulada trama de espacios y recorridos conectados con las calles exteriores.




























El área de trabajo, el sector C, se localiza en el barrio de la Latina, que pertenece al distrito centro de Madrid, la zona más antigua de la capital.
Tras el análisis del barrio se concluye que actualmente se está produciendo un fuerte proceso de abandono localizado sobre todo en la zona sur del sector C. Hay un gran déficit de equipamientos básicos y espacios públicos para el barrio. Las vías principales de circulación tienen una gran actividad por la presencia de comercios, bares y restaurantes. En cambio el resto de vías están vacías y no tienen aspectos de interés para el barrio.
Esto genera el deterioro progresivo del barrio, que se manifiesta en el abandono de edificios y pequeños comercios, la degradación de estos y el desinterés por arreglarlos. Provocando que la población con mayores medios se desplace paulatinamente hacia otros barrios.

En este proyecto se exploran nuevas formas de ciudad en un barrio en el que existen infraestructuras y equipamiento en riesgo de dejar de funcionar.
La propuesta se materializa en una manzana situada al sur del Sector C, entre la calle Ribera de Curtidores y la Plaza del Campillo del nuevo mundo
Se conserva la configuración urbanística de finales del siglo XVI, cuando tuvo lugar la edificación del barrio, en la que se muestra una edificación densa distribuida en pequeñas parcelas, con pocos espacios públicos y calles estrechas.
Es una manzana especialmente representativa por las condiciones tipológicas y sociales que se producen en ella. Está compuesta por 20 edificios de cinco tipologías diferentes de dimensiones diversas que datan en su mayoría del siglo XX, conteniendo una gran cantidad de infraviviendas.
Se hace una clasificación de los espacios según su ocupabilidad, distinguiendo entre espacios habitados, espacios comunitarios y espacios habitables interiores y exteriores, que son los espacios con los que se trabaja en la propuesta y en los que pueden encontrarse patios inutilizados, azoteas y terrazas desaprovechadas y espacios habitables interiores vacíos.
Así nos encontramos con un 30% de espacios habitables desaprovechados con una posible relación espacial entre sí.
Cada espacio habitable tiene unas características diferentes de privacidad, dimensiones y funcionamiento; lo que va a condicionar su capacidad programática.

Se pretende generar un espacio integrado en el barrio basado en la convivencia intercultural, que acoja a todas las personas y permita la construcción de un nuevo espacio
El programa se ordena siguiendo una secuencia funcional, desde lo más público, la zona comercial, que participa de la calle, seguido de la restauración, la zona de exposiciones más al interior donde hay más privacidad y por último los espacios culturales, en contacto con las zonas interiores de patio en la manzana. Aparecen recorridos tipológicos que conviven y se cruzan con otros programas.
A través de una serie de pequeñas intervenciones como son el rehundido del forjado inferior, la apertura de muros o forjados y las conexiones verticales se consigue que estos espacios se comuniquen entre sí. Para que estas intervenciones sean posibles en ocasiones son necesarias una serie de intervenciones legales: Contratos de arrendamiento parciales, permutaciones e intervenciones de expropiación.

La propuesta se estudia desde un punto de vista de la evacuación.
A partir de una relación entre el uso y la carga de ocupación de cada espacio, se obtiene la máxima ocupación y por tanto la cantidad y dimensiones que deben tener los sistemas de evacuación para facilitar una vía principal y segura desde todos los puntos de la intervención.

A lo largo de toda la intervención está presente una piel tecnológica continua que aparece con la finalidad de solucionar la problemática acústica y de incendios. Protege la estructura antigua del fuego y dota de las instalaciones necesarias a todos los espacios.
Se plantea una estructura metálica independiente vertical colocada en los espacios estudiados anteriormente, en su mayoría patios de luces. La finalidad de esta estructura es crear un núcleo de conexiones verticales entre los espacios, que sirva de sistema de evacuación y accesibilidad.
La piel tecnológica da continuidad y coherencia a los espacios de proyecto. Se adapta según los elementos arquitectónicos, las necesidades acústicas, lumínicas y de instalaciones.
La geometría de la piel surge como respuesta a la necesidad de un sistema cambiante, que se adapte a las irregularidades de la edificación antigua, a las distintas dimensiones y distancias entre huecos. Resulta una pieza articulada por lo que la geometría de la piel se va modificando para adaptarse a las necesidades de cada espacio. Variando tanto en sección como en el perímetro para adaptarse a las distintas necesidades.
Se lleva a cabo un estudio acústico para el desarrollo de la pieza. Cuando la energía sonora incide sobre una superficie parte de esta se refleja y parte es absorbida. Esto depende del material, la geometría, la porosidad… Pero además, para la absorción del sonido es necesario distinguir altas y bajas frecuencias, ya que tienen una forma de combatirse diferentes.
Para absorber las altas frecuencias hay que tener en cuenta la porosidad del material. Ya que el sonido en el interior de los intersticios entra en vibración transformándose la energía acústica en cinética.
Se decide que el material que forme parte de la nueva piel sea un producto cerámico refractario por: Su buena resistencia al fuego, es moldeable, se puede tratar con otros materiales, se puede tratar con pigmentos para variar su color, es un material tradicional y se puede trabajar con la textura.
Para conseguir el material óptimo acústicamente se experimenta mezclando distintos materiales con la pasta cerámica.
Para hallar la pieza más óptima acústicamente se calcula la porosidad volumétrica de cada pieza sumergiéndolas en agua, obteniendo que el mejor material es la paja
Para absorber las bajas frecuencias es necesario tratar el material con perforaciones o con su geometría para que cuando la energía sonora incida sobre la pieza resuene convirtiendo la energía acústica en calor.
Se diseñan tres piezas con distintas perforaciones dispuestas en geometrías triangulares que dependiendo del diámetro de su perforación y la distancia entre ellas absorben determinadas frecuencias de sonido. Se aprovecha el tratamiento de las perforaciones para generar distintos tamices de iluminación y la intensidad lumínica dependerá de la actividad que se realice en cada espacio.
Se trabajará con la geometría de la piel de manera que las piezas estarán articuladas entre sí para adaptarse al ambiente acústico de cada programa.
Se establece una relación entre las distintas actividades que se producen en el proyecto, relacionados con su presión sonora y frecuencia determinada, y con las distintas tipologías de piezas tanto en su tratamiento de perforación, como la geometría de la piel, siendo posible establecer en qué áreas es más conveniente utilizar una solución de pieza y geometría que en otra.
Se estudia la pérdida de presión sonora según el tipo de sala acústica que se considera en cada espacio, debido al estudio adaptado al proyecto resulta una sección de gradientes acústicos localizando las áreas de mayor interferencia, donde se producirá la transición del cambio de la piel.

De este modo, resulta un espacio continuo integrado en el tejido urbano del barrio, permeable y recorrible en toda su extensión y desde la que se puede acceder desde distintos puntos. Un espacio donde suceden procesos de intercambio y reunión para la gente del barrio.


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