ATRIO ALHAMBRA . Granada
origen: gracias a JLCG Arquitectos
La propuesta se concibe como la nueva puerta verde de acceso al complejo monumental.
Eliminados los volúmenes de la actual entrada, del pabellón del agua y de la cafetería, la propuesta ocupa toda el área de intervención, mediando entre el Monumento y su entorno, recogiendo debajo de una amplia cubierta ajardinada todos los usos requeridos por el programa y mejorando la fluidez de las conexiones a lo largo del perímetro de actuación.
Un punto de partida fundamental de la propuesta es recuperar la cota histórica del conjunto de las Casas labor de la Mimbre. Esta cota (+780m) establece la continuidad entre lo antiguo y lo nuevo, pues es la misma que se propone para el acceso principal al Atrio Alhambra. El utilizar esta cota para el ingreso tiene por objeto retomar la topografía histórica de las Casas de la Mimbre y al mismo tiempo potenciar las valiosas existencias, como también se hace al utilizar la actual galería exterior de cipreses para potenciar su natural conexión con la cota +785,5m.
La propuesta responde al programa de necesidades de forma discreta, abriéndose hacia el visitante, en dirección del Paseo del Generalife, el acceso de mayor afluencia, redefiniendo los límites del área de intervención y estableciendo nuevas conexiones y recorridos a través de ellos.
Los nuevos usos quedan recogidos debajo de una amplia superficie ajardinada: es una arquitectura que, al no querer subrayar su presencia exterior, se funde con la envolvente, dando una respuesta funcional al programa de proyecto y estableciendo una directa relación paisajística con el entorno más próximo, respetando y amplificando sus perspectivas fundamentales.
La propuesta se desarrolla en función de los dos espacios fundamentales del programa: el Atrio y el núcleo de Auditorio y Sala de Presentación. En torno a ellos se agrupan y organizan la mayoría de los espacios funcionales requeridos. Esto permite optimizar los espacios de circulación y conseguir una disminución considerable de las áreas climatizadas.
El vacío que conforma el Atrio Alhambra establece el ritual de ingreso desde la cota +780m. Su inicio son las Casas labor de la Mimbre cuando se accede por el bosque. En continuidad a él aparece la guardería que anuncia la proximidad del vacío del Atrio Alhambra: un espacio cubierto en cuyo perímetro se desarrollan las actividades de recepción y acogida del visitante, con comunicación directa con los servicios de “back-office”.
El sistema de rampas que circundan el vacío da continuidad al ritual de ingreso y permite, por sus amplias dimensiones, otorgar al Atrio Alhambra una amplia flexibilidad para acoger multitud de actividades y acontecimientos diversos. Un espacio de disfrute, una “sala de la Cultura”, abierta y polivalente, que permite también acoger exposiciones y espectáculos.
El auditorio y la sala de presentación forman el segundo bloque autónomo. Espacio concéntrico, organizado alrededor de la alberca “de las hojas”, este conjunto con acceso independiente organiza la circulación de los que llegan de los aparcamientos, acompañando al visitante hasta el Atrio Alhambra. Este conjunto, incluye además los espacios dedicados a instalaciones sanitarias y de limpieza, así como el núcleo de apoyo a los funcionarios.
Desde el Atrio, los visitantes son naturalmente conducidos por una rampa hasta la planta superior donde la plataforma mirador ofrece unas magníficas vistas del recinto amurallado y de su misterio a través de los filtros vegetales existentes. Después de esta recuperada perspectiva (cota +785,5m), el visitante se adentrará en las galerías de cipreses que vertebran el inicio de los recorridos dentro ya del recinto visitable.
En este punto, tanto de entrada como de salida, se ubica la tienda librería.
Detrás de esta y con acceso por la rampa que asciende del Atrio, están localizados los servicios de apoyo: el centro de comunicación, la oficina de comercialización y de estudio de visitantes y la oficina de servicios técnicos. Esta planta tiene relación visual con la Huerta de Fuente Peña.
Por último, y en ese movimiento ascendente, se alcanza el jardín cubierto del Atrio Alhambra. Un jardín-vivero donde el agua es la razón de ser de este lugar, el agua que, como nos enseña la Alhambra, es condición indispensable de lo habitar.
La cubierta del Atrio es un jardín habitado, un manto de agua y vegetación que da cobijo e integra los nuevos usos, proponiendo un nuevo espacio público: un jardín que es a la vez un espacio de disfrute y un conjunto de miradores del Monumento y su entorno. La cubierta es una superficie dúctil que media entre los límites del área de intervención, proponiendo una nueva orografía que suaviza los abruptos saltos de cota existentes. Sobre ella el bosque de La Alhambra y la Huerta de Fuente Peña se funden, diluyendo sus límites. Un vivero, instalado sobre la alberca “de los árboles”, casi como una chopera en la vega, propone una forma de entender el jardín y el paisaje como proceso continuo: el jardín como vivero para las especies, presentes y pasadas, del paisaje de la Sabika.
La cafetería confiere a este espacio su condición de jardín habitado, desde donde alcanzar una visión más global y paisajística y contemplar los principales fondo de perspectiva (cota +793m): la enmarcación del pico del Veleta como símbolo de Sierra Nevada y hacia el sur, y el macizo de Sierra Elvira hacia el Norte.
Este mirador completa los deseos de atención al visitante, con el objetivo de ofrecer a todos ellos una de las cualidades más sobresalientes de la cultura alhambreña: su concepto de la hospitalidad.
origen: gracias a JLCG Arquitectos
La propuesta se concibe como la nueva puerta verde de acceso al complejo monumental.
Eliminados los volúmenes de la actual entrada, del pabellón del agua y de la cafetería, la propuesta ocupa toda el área de intervención, mediando entre el Monumento y su entorno, recogiendo debajo de una amplia cubierta ajardinada todos los usos requeridos por el programa y mejorando la fluidez de las conexiones a lo largo del perímetro de actuación.
Un punto de partida fundamental de la propuesta es recuperar la cota histórica del conjunto de las Casas labor de la Mimbre. Esta cota (+780m) establece la continuidad entre lo antiguo y lo nuevo, pues es la misma que se propone para el acceso principal al Atrio Alhambra. El utilizar esta cota para el ingreso tiene por objeto retomar la topografía histórica de las Casas de la Mimbre y al mismo tiempo potenciar las valiosas existencias, como también se hace al utilizar la actual galería exterior de cipreses para potenciar su natural conexión con la cota +785,5m.
La propuesta responde al programa de necesidades de forma discreta, abriéndose hacia el visitante, en dirección del Paseo del Generalife, el acceso de mayor afluencia, redefiniendo los límites del área de intervención y estableciendo nuevas conexiones y recorridos a través de ellos.
Los nuevos usos quedan recogidos debajo de una amplia superficie ajardinada: es una arquitectura que, al no querer subrayar su presencia exterior, se funde con la envolvente, dando una respuesta funcional al programa de proyecto y estableciendo una directa relación paisajística con el entorno más próximo, respetando y amplificando sus perspectivas fundamentales.
La propuesta se desarrolla en función de los dos espacios fundamentales del programa: el Atrio y el núcleo de Auditorio y Sala de Presentación. En torno a ellos se agrupan y organizan la mayoría de los espacios funcionales requeridos. Esto permite optimizar los espacios de circulación y conseguir una disminución considerable de las áreas climatizadas.
El vacío que conforma el Atrio Alhambra establece el ritual de ingreso desde la cota +780m. Su inicio son las Casas labor de la Mimbre cuando se accede por el bosque. En continuidad a él aparece la guardería que anuncia la proximidad del vacío del Atrio Alhambra: un espacio cubierto en cuyo perímetro se desarrollan las actividades de recepción y acogida del visitante, con comunicación directa con los servicios de “back-office”.
El sistema de rampas que circundan el vacío da continuidad al ritual de ingreso y permite, por sus amplias dimensiones, otorgar al Atrio Alhambra una amplia flexibilidad para acoger multitud de actividades y acontecimientos diversos. Un espacio de disfrute, una “sala de la Cultura”, abierta y polivalente, que permite también acoger exposiciones y espectáculos.
El auditorio y la sala de presentación forman el segundo bloque autónomo. Espacio concéntrico, organizado alrededor de la alberca “de las hojas”, este conjunto con acceso independiente organiza la circulación de los que llegan de los aparcamientos, acompañando al visitante hasta el Atrio Alhambra. Este conjunto, incluye además los espacios dedicados a instalaciones sanitarias y de limpieza, así como el núcleo de apoyo a los funcionarios.
Desde el Atrio, los visitantes son naturalmente conducidos por una rampa hasta la planta superior donde la plataforma mirador ofrece unas magníficas vistas del recinto amurallado y de su misterio a través de los filtros vegetales existentes. Después de esta recuperada perspectiva (cota +785,5m), el visitante se adentrará en las galerías de cipreses que vertebran el inicio de los recorridos dentro ya del recinto visitable.
En este punto, tanto de entrada como de salida, se ubica la tienda librería.
Detrás de esta y con acceso por la rampa que asciende del Atrio, están localizados los servicios de apoyo: el centro de comunicación, la oficina de comercialización y de estudio de visitantes y la oficina de servicios técnicos. Esta planta tiene relación visual con la Huerta de Fuente Peña.
Por último, y en ese movimiento ascendente, se alcanza el jardín cubierto del Atrio Alhambra. Un jardín-vivero donde el agua es la razón de ser de este lugar, el agua que, como nos enseña la Alhambra, es condición indispensable de lo habitar.
La cubierta del Atrio es un jardín habitado, un manto de agua y vegetación que da cobijo e integra los nuevos usos, proponiendo un nuevo espacio público: un jardín que es a la vez un espacio de disfrute y un conjunto de miradores del Monumento y su entorno. La cubierta es una superficie dúctil que media entre los límites del área de intervención, proponiendo una nueva orografía que suaviza los abruptos saltos de cota existentes. Sobre ella el bosque de La Alhambra y la Huerta de Fuente Peña se funden, diluyendo sus límites. Un vivero, instalado sobre la alberca “de los árboles”, casi como una chopera en la vega, propone una forma de entender el jardín y el paisaje como proceso continuo: el jardín como vivero para las especies, presentes y pasadas, del paisaje de la Sabika.
La cafetería confiere a este espacio su condición de jardín habitado, desde donde alcanzar una visión más global y paisajística y contemplar los principales fondo de perspectiva (cota +793m): la enmarcación del pico del Veleta como símbolo de Sierra Nevada y hacia el sur, y el macizo de Sierra Elvira hacia el Norte.
Este mirador completa los deseos de atención al visitante, con el objetivo de ofrecer a todos ellos una de las cualidades más sobresalientes de la cultura alhambreña: su concepto de la hospitalidad.
0 comentarios :
Publicar un comentario