Telegrama, no tuit
La norma advierte que cualquier dietario debería rehuir lo banal y lo impúdico. Pero, ¿no es justo eso, lo banal y lo impúdico, lo que confiere valor a la escritura? Cuando los razonamientos se aproximan lo suficiente a lo superfluo como para rozar la realidad, cuando lo que anotamos se vuelve tan impúdico que manifiesta lo que siempre callamos, lo que verdaderamente pensamos.
Carlos Cachón
Carlos Cachón
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