Felipe Grallert

CASA DEL SILENCIO . Pumanque


Felipe Grallert

Pumanque es un pueblo cuyo patrimonio es muy palpable y visible.















Pero una de las grandes características patrimoniales del lugar es algo menos obvio, un patrimonio que para muchos pasa desapercibido, un patrimonio activado en otro sentido, ajeno al de la vista, el sentido de la audición. El pueblo es silencioso, a excepción de puntuales sonidos capaces de generar atmósferas sonoras específicas que fabrican imágenes de una posible realidad, una realidad sujeta a la combinación de distintos elementos que dada su singularidad y disposición, generan ensambles sonoros que a su vez inventan en nosotros un supuesto escenario a habitar, la melodía de un habitar.
Trabajar con el sonido supone un desafío interesante, trabajar con el silencio también, pero trabajar con el sonido del silencio supone un desafío realmente mayor. Imaginar posibles escenarios tras un filtro que aísle el resto de los sentidos, excepto el auditivo, exacerba la capacidad de fabricar imágenes sugerentes a un espacio determinado, entrega la posibilidad de fabricar arquitectura sin arquitectura. Bajo este alero conceptual, el proyecto busca generar un soporte formal sobre el cual trabajar. Un filtro capaz de entender los escenarios de manera automática, sintética, liberándolos de todo ruido formal que pudiese empañar la melodía del habitar.
Se propone así una grilla compuesta por una serie de cubos cuya medida nace de la cuadrícula de 5x5 de la antigua casa chilena y su patio. En cuyo interior se fabrican una serie de patios dispuestos de manera simétrica. Entendiendo, como primer principio, que a mayor masa menor sonido (teniendo en cuenta el adobe como materia prima) el proyecto articula las dimensiones de sus patios fabricando distintos momentos, en los que se pasa de un paisaje sonoro totalmente expuesto y quizás obvio, a paisajes con mayor filtro y mas sensibles, terminando en el paisaje sonoro final, el sonido del silencio. Esto se controla disminuyendo la dimensión del patio, desde los 3 m2 hastael 1m2.
Se crea un vacío a partir del espesor del muro que cumple con las mismas características funcionales y acústicas que el primero pero que además podría albergar un pasillo programático. De esta forma se descubre el segundo principio y regla para la proyección, la de que el aire también se entiende como masa, por lo tanto, posee un carácter de aislador acústico.
Establecido aquel principio se toma el modelo desarrollado anteriormente y se engrosan los muros de modo que segenere un espacio de aire, que permita albergar un programa y asilar acústicamente un recinto del otro.
Felipe Grallert
Arquitecto


1 comentarios :

21 de noviembre de 2012, 19:37 Anónimo dijo...

Oie, me gusta eso que estas haciendo, ojalá llegues lejos.

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