Smiljan Radic

Teatro Regional del Bío-Bío . Concepción


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“Mis embalajes eran un intento de “barruntar” la naturaleza del objeto. Escondiéndolo, envolviéndolo. Fue en el año 1962.” Tadeusz Kantor, Director Teatro Cricot 2, 1944-1986.
Nuestro Teatro es el esqueleto posible de un teatro embalado. Es un embalaje para la ficción.

En su interior el espectador se moverá/trepará en una retícula espacial que majaderamente aparece midiendo/ocupando cada uno de los rincones. Es en las salas donde la ella pierde saturación y da el aire necesario para la representación. Toda esta parafernalia en torno a las salas -entendidas como campos abiertos en medio de esta trama- es simplemente un andamiaje, como si fuera la parte trasera de una escenografía -el soporte de rango inferior que habitualmente se esconde y no vemos-. (Ver Fig. Martin PurYear, CFAO, 2000)

De esta manera, el espectador no debe esperar cruzar el foyer y abrir la oscuridad de la sala para abrir el teatro, el misterio del teatro aparece antes de entrar. Basta con que el paseante/espectador vea el manto que cae sobre el edificio velándolo, para presentir o “barruntar” -como dice Kantor- que dentro algo se esconde o, para al menos creer por un momento que circular por su interior irá de la mano con un proceso experimental. (Ver Fig. Tadeusz Kantor, Bio-objeto, La máquina funeraria, 1961)













El actor tiene a su disposición un aire flexible. Las salas se desprenden de sus formas clásicas, focalizadas y estructuralmente restrictivas, para adquirir dimensiones contemporáneas las que con algunos instrumentos mecánicos básicos solucionan las calidades técnicas óptimas requeridas y a su vez permiten la polivalencia del lugar.

Creemos que la arquitectura y el arte público deben proveer un porvenir seguro y al mismo tiempo extrañante/inusitado a sus ciudadanos, no puede conformarse en ser un memorial de sus logros.

Contexto

Creemos que el contexto de un edificio son los alrededores aludidos por él. De esta manera siempre que miramos un edificio nos vemos obligados a ampliar el concepto de realidad al terreno físicamente volátil de la memoria.

El contexto que nos interesa es la memoria de un territorio abstracto específico. Por ejemplo, la realidad de las grandes estructuras industriales que funcionan como hitos de referencia arquitectónica en un paisaje como la ribera de un río, sin las cuales resultaría desolado e intrascendente. Pensamos que justamente contra este desamparo dimensional luchan las esculturas dispersas en el Parque Ribera Norte donde se situará el teatro, y que en cambio es la extensión llana y a ras de agua del Puente Viejo, la que mide de manera justa el lugar y le da una escala regional adecuada, sin caer en los sobresaltos de los nuevos puentes.



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