Telegrama, no tuit
Si no aspiramos a destruir el paisaje, ¿cómo vamos a construirlo? Todas esas obras que afean el paisaje no nacen de una vocación destructiva. Sus intereses son otros, económicos a veces, acomodaticios ocasionalmente -satisfacer a un cliente, responder a una situación determinada-. Simplemente no ven el escenario en que aterrizan. Si lo viesen no lo ocuparían con sus obras melifluas que tan poco le benefician. Sólo quien aspire a oponerse al paisaje será capaz de construir algo a su misma altura.
Carlos Cachón
Carlos Cachón
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