CHS arquitectos

Ciudad Digital . Almería


CHS arquitectos . fotos: © Fernando Alda . + reportaje completo

LA CAJA DE FARADAY Y LA CIUDAD DIGITAL: El proyecto llamado Ciudad Digital, aloja un Centro de Proceso de Datos que se utiliza para la regulación automática de diversas instalaciones metropolitanas en el ámbito municipal almeriense. El Centro de Datos presta servicio también a diversas entidades y el edificio incorpora además un programa de oficinas en las plantas superiores. Está situado en El Toyo, un nuevo complejo urbano, residencial y turístico, abierto al Mediterráneo y cercano al aeropuerto de Almería, que se perfila como atractiva zona de regeneración y transformación. Una nueva ciudad de inmuebles y equipamientos con la tecnología más avanzada.









Se realiza sobre un solar trapecial volcado hacia el sur, que sigue una ligera pendiente en dirección al mar, cercano y visible. Hacia el oeste se abre la zona arbolada del nuevo Parque de Alborán, y al fondo Almería. Esas peculiares condiciones y la luz deslumbrante, propia del mediodía formalizaron la idea del proyecto. El edificio constituye un eficaz prisma elemental sobre una plataforma horizontal.
Excavamos una zanja para dejar un pedestal aislado en medio del territorio. Este basamento, apenas perceptible, oculto como una “caja” subterránea, aloja el Centro de Proceso de Datos. Ese volumen interior, económico y escueto se aísla por el foso, que lo aparta de su jaula exterior envolvente. Este ámbito, ambiguo interior, es un vacío que separa, recluye y amortigua los fenómenos del exterior. Cumplimos así los requisitos de seguridad y hermetismo del Centro, tanto en su forma como en su función. Su cubierta dibuja la plataforma horizontal de hormigón que define un zócalo regularizador de los desniveles de la parcela. Unas rampas externas permiten el acceso rodado y peatonal al sótano y los comunica con el aparcamiento exterior.
En la planta baja, diáfana inicialmente, solo se cierran los accesos y escaleras hacia el sótano o la planta primera. Esta planta baja, abierta totalmente, actúa como tierra de nadie, aportando, en vertical, el necesario aislamiento: un vacío recurrente e “inacabado” que se abre, limpio, hacia las cuatro fachadas. La clausura horizontal del alrededor la proporciona una profunda zanja perimetral, que se salva con cuatro puentes de enlace con el exterior.
En el nivel superior se dispone un espacio de planta rectangular para oficinas. Los ventanales, y muros cortina de la fachada, omiten retranqueos y salientes. Totalmente abierta al exterior, diáfana para asumir la utilización flexible del espacio disponible con diversas posibilidades de compartimentación y estructuración funcional. Los módulos, que ocuparán el perímetro del rectángulo, permitirán transformar el ámbito con el tiempo. Este lugar de trabajo, separado del terreno, permite las vistas, a través de la celosía – jaula exterior- sobre el Parque de Alborán y el cercano Mediterráneo. Las oficinas flotan como mirador envueltas en el filtro de intermediación solar que las preteje.

Una peculiar celosía metálica envuelve todo: la “caja de datos”, el pedestal y las oficinas. Ideamos la jaula como fachada que limita el borde exterior del foso y levantamos una metálica acumulación de perfiles, carpinterías de aluminio y chapas perforadas de diversos colores. Un reciclaje metálico, que se comporta como un tamiz protector ortogonal y transparente, constituye una peculiar jaula de Faraday. Una caja cuyas paredes de material conductor, el recinto metálico de Michael Faraday, logran anular el campo eléctrico para manifestar los fenómenos electromagnéticos. Nuestra red metálica, de ritmos aleatorios, está compuesta por marcos estandarizados de aluminio en distintos acabados de color y planchas perforadas de diversas texturas, que funciona como envolvente protectora de la radiación solar y de la fuerte luz de la costa, resolviendo la imagen externa del edificio. Aparece esta, con su volumen interno, como un todo estructurado por un modelo uniforme de celosía irregular, dotada de una intensa vibración.
Así un prisma convencional se presenta, gracias al collage que lo representa en su imagen externa, como una enigmática aparición, una arquitectura de levedad transparente, como si una jaula de conducciones eléctricas hubiera caído sobre la arena del mediterráneo, cubriendo un vacío de un interior confuso precisamente por ser vacío. ¿Para qué sirve un mirador sobre el mar? Y todo optimizando la superficie funcional y clarificando la ejecución estructural para lograr la mayor economía y rapidez constructivas.
Existió una voluntad de emplear materiales y elementos constructivos, técnica y económicamente acordes con el concepto escueto de la propuesta, su situación y emplazamiento; y el plazo de ejecución de las obras que precisaba ejecutarse en cinco meses.

CHS arquitectos
Autores: Rafael Casado Martínez, Antonio J. Herrero Elordi, Juan Suárez Ávila
Arquitectos Técnicos: Luís Martínez Cirre, Bruno Herrera González
Ingeniero: José Conesa Adelantado. Ditécnica S.L., Fernando Ferrero Álvarez Rementería. Ingeniero de Telecomunicación


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