Telegrama, no tuit
Las obras hechas desde la pasión frente a las profesionales se caracterizan por el error. Había una revista de arquitectura, siempre con textos interesantes, en la que abundaban las faltas de ortografía -más bien tipográficas-. Como sus escritos estaban sobrados de él, no era el rigor, su ausencia, lo que las originaba. Era como si se produjese un desbordamiento. Como si entregados en obtener la calidad de sus páginas no les quedase hueco para ocuparse de su corrección. Justo lo contrario caracteriza al capitalismo, donde es admisible la vacuidad, siempre que genere réditos, pero no deficiencias en la factura técnica. Habría así, quizás, que proponer una teoría del desborde, donde los esfuerzos en perfeccionar el contenido se reflejasen siempre en la abundancia de fisuras del envoltorio. Quizás la relevancia reciente de internet tenga que ver con eso. En cuanto su potencial económico se evidencie no cabe duda que desaparecerá su espontaneidad para ser sustituida nuevamente por el vacío.
Carlos Cachón
Carlos Cachón
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