Telegrama, no tuit
En esta lucha entre arquitectos mediáticos y rectos sorprende siempre que sean los segundos los que se quejen de los primeros. Es por definición a los mediáticos a los que tendría que molestarles no tener repercusión, los modestos deberían conformarse con el trabajo bien hecho, con la satisfacción de disfrutar de lo que hacen aunque no les lleve muy lejos. Sin embargo sin excepción son los segundos los que protestan. ¿Habita en cada arquitecto modesto descontento un mediático frustrado?
Carlos Cachón
Carlos Cachón
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