Telegrama, no tuit
Con un añadido más para quienes les siguen ciegamente. Condenamos a creer en un mundo pervertido que, cualquiera que esté fuera de sus círculos, intuirá que es falso. Condenamos, conforme pase el tiempo, a un anacronismo al que su propia fe proporcionará poca salida. Siempre que seamos tan ingenuos como para pensar que no van a abandonar la misma moda que ahora profesan convencidos para abrazar la que la sustituya, incluso si se le opone totalmente, tan pronto como se imponga. Si no es que la misma transición entre ambas tiene lugar de un modo tan indefinido que acaba resultando natural.
Carlos Cachón
Carlos Cachón
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